Me pidieron que pintara en un muro de "La Casa", un espacio que servia como albergue, residencia y base de operaciones de una productora gestionada por artistas, actores y modelos principalmente, que venían de diferentes partes de Brasil a probar suerte en la "ciudad maravillosa", urbe que me había abierto sus puertas unos meses antes y de la que gustaba observar, a veces desde sus calles, a veces desde lo alto de sus montañas, descubrirla en todos sus contrastes y a pesar de la gruesa capa de maquillaje que llevaba puesta en aquellos días.
La escala de emociones que me producía esta contemplación era muy amplia, desde la alegría de ver a una sociedad que sonríe luchando o la sensación de acogimiento al adentrarme en la floresta al desprecio por la depredación que empresas y gobierno realizaban
La escala de emociones que me producía esta contemplación era muy amplia, desde la alegría de ver a una sociedad que sonríe luchando o la sensación de acogimiento al adentrarme en la floresta al desprecio por la depredación que empresas y gobierno realizaban